Primera página de Biblia Políglota Complutense |
La erudición de
Cisneros, y en particular su interés en las letras sagradas, ocupaban un lugar
importante en el proyecto reformador de Isabel. La Reina estaba convencida de
que tanto el país como la iglesia tenían necesidad de dirigentes mejor
adiestrados, y por tanto se dedicó a fomentar los estudios. Ella misma era una
persona erudita, conocedora del latín, y se rodeó de otras mujeres de dotes
semejantes. Aunque Fernando no era el personaje ignorante que se le ha hecho a
veces aparecer, no cabe duda de que su interés en las letras era mucho menor. A
Isabel España le debe el haber echado las bases del Siglo de Oro. Cisneros
estaba de acuerdo con la Reina en la necesidad de reformar la iglesia, no
solamente mediante medidas administrativas, sino también con el cultivo de las
letras sagradas. En esta empresa, la imprenta era una gran aliada, y por tanto
Isabel, con la anuencia de Fernando, fomentó su desarrollo en España. Pronto
hubo imprentas en Barcelona, Zaragoza, Sevilla, Salamanca, Zamora, Toledo,
Burgos y varias otras ciudades. (Historia del Cristianismo vol.2, pag.26)
Pero las
contribuciones más importantes de Cisneros (con el apoyo de la Reina) a la
reforma religiosa en España al estilo humanista fueron la universidad de Alcalá
y la Biblia Políglota Complutense. La universidad de Alcalá, comenzada a
construir en 1498, no se terminó sino hasta 1508, después de la muerte de
Isabel. Su nombre original era Colegio Mayor de San Ildefonso. El propósito de
Cisneros era que aquel centro docente se volviera el núcleo de una gran reforma
de la iglesia y de la vida civil española. Y ese sueño se cumplió, pues entre
quienes estudiaron en el famoso plantel se cuentan Miguel de Cervantes, Ignacio
de Loyola y Juan de Valdés. Empero las obras de la universidad de Alcalá son
importantes, no sólo en sí mismas, sino también como símbolo del interés de la
Reina y de Cisneros en los estudios superiores, pues Isabel protegió asimismo
las universidades de Salamanca, Sigüenza, Valladolid y otras. Tampoco la Políglota
Complutense fue obra directa de Isabel, que murió antes de que se completara,
sino más bien de Cisneros, aunque indudablemente siguiendo la inspiración
reformadora de la gran reina. Recibe el nombre de “Complutense” por haberse
preparado en Alcalá, cuyo nombre latino es Complutum.
Durante más de diez años trabajaron los eruditos en la gran edición de la
Biblia. Tres conversos del judaísmo se ocuparon del texto hebreo. Un cretense y
dos helenistas españoles se responsabilizaron del griego. Y los mejores latinistas
de España se dedicaron a preparar el texto latino de la Vulgata. Cuando por fin apareció la Biblia,
contaba con seis volúmenes (los primeros cuatro comprendían el Antiguo
Testamento, el quinto el Nuevo, y el sexto una gramática hebrea, caldea y
griega). Aunque la obra se terminó de imprimir en 1517, no fue publicada
oficialmente sino hasta 1520. Se cuenta que, al recibir el último tomo,
Cisneros se congratuló de haber dirigido “esta edición de la Biblia que, en
estos tiempos críticos, abre las sagradas fuentes de nuestra religión, de las
que surgirá una teología mucho más pura que cualquiera surgida de fuentes menos
directas". Nótese que en estas palabras hay una afirmación clara de la
superioridad de las Escrituras sobre la tradición, afirmación que pronto se
volvería una de las tesis principales de los reformadores protestantes.
(Historia del Cristianismo vol.2, pág. 26)
Fuente: GONZALES,
JUSTO L. 1994 Historia del Cristianismo Tomo 2. Desde la Era de la
Reforma hasta la Era Inconclusa, Editorial Caribe, Miami, Fla, pag.25-26
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