por Tomás Eliseo Martínez
Siempre
que estamos por terminar un año viene una sensación de frustración por
propósitos y objetivos no alcanzados. Y los años vienen y se van y cada
fin de año se repite la angustia de sentirnos ineficaces...
¿Qué podemos hacer para parar este ciclo vicioso que experimentamos año con año?
1º.
Primeramente quiero sugerir una evaluación de los logros y por que se
dieron, así como analizar los factores que impiden que seamos efectivos
en alcanzar las metas propuestas.
Jesucristo,
nos dio un ejemplo al afirmar que se debe considerar el coste de ser un
seguidor de El. Tener la disposición de sacrificar posesiones,
relaciones para ser un discípulo genuino. Habló de la importancia de ser
realista con las metas propuestas al narrarnos sobre el constructor de
una torre que hace números para saber si tiene las finanzas adecuadas
para lograr la edificación y no quedarse a medias.
Pablo
en Filipenses nos dice que la meta debe perseguirse, lo que implica que
no debemos desanimarnos tan pronto. Muchas veces nos rendimos demasiado
luego, somos muy comodones y no queremos pagar el precio. Jesús murió
en una cruz para lograr la redención del ser humano. Pablo murió
decapitado, pero pudo decir: He acabado la carrera.
Myron
Rush, en su libro Administración un Enfoque Bíblico, nos dice: “el
tamaño de Dios se refleja en el tamaño de las aspiraciones” sigue
diciendo: “Si quieres saber el tamaño de tu Dios, observa el tamaño de
tus metas y lo que le pides a Dios que te haga”
No
podemos seguir viviendo y desarrollando nuestro ministerio sin saber
hacia donde vamos. Necesitamos metas a seguir, y evaluar el desempeño
nuestro en la búsqueda de realizarlas.
2º
En segundo lugar, quiero sugerirte que practiques lo que ya sabes,
tanto de las Escrituras como de buenos libros que sin duda has leído.
Estoy
seguro que quienes leen esta reflexión tienen suficiente y quizás más
que suficiente información sobre como establecer metas correctas,
realistas, medibles, etc. Me temo que el problema no es falta de
conocimiento, sino el de querer vivir con metas. Algunos no se
establecen metas por una comprensión equivocada de lo que es fe, otros
por no querer vivir enmarcados en un rumbo predeterminado.
La
importancia de establecer metas, es tener un claro sentido de destino.
Significa saber donde estamos y hacia donde vamos. Esto nos ayuda a dar
los pasos adecuados en la dirección correcta. Este proceso comienza
contestando tres preguntas:
•¿Dónde estoy ahora?
•¿Dónde quiero estar?
•¿Cómo puedo llegar allí?
Lo
que quiero enfatizar es la importancia del querer hacer. La importancia
de las metas es que le dan sentido a lo que hacemos. La palabra griega
Skopós usada por el apóstol Pablo en Filipenses 3:14 puede traducirse
como meta, objetivo y blanco: lo que es un punto de mira para el tirador
y meta triunfal para el atleta.
Wilfredo
Calderón afirma: “Fijar objetivos para realizar las actividades de la
iglesia debe ser el ideal de todo líder, si es que desea progresar y
conducir la marcha de su iglesia con éxito y resultados positivos. Por
ejemplo, la evangelización, el crecimiento de la iglesia, la educación
cristiana, la construcción del templo y las facilidades para la
educación, el desarrollo social y espiritual del pueblo, etc. Son
trabajos que caminan muy mal, por falta de líderes con visión y
objetivos”.
Gene
Getz nos dice que: “un objetivo es una declaración más específica de
una aspiración, el cual si se logra producirá un progreso en el
cumplimiento de cada propósito escritural.” Con relación a la meta dice:
“es una declaración aún más especifica de lo que debe cumplirse para
progresar hacia un objetivo”.
Una
característica de toda meta es el hecho de tener fecha de cumplimiento y
cantidad (número). Estas dos cualidades de una meta es la que permite
que sea medible. Una meta concreta y específica permite realizar las
correcciones necesarias en el camino trazado para alcanzarla.
3º En tercer lugar, quiero recordarte algunas palabras que son claves en la persecución de una meta.
a) Perseverancia,
Un diccionario de sinónimos nos da otros términos entre los cuales
seleccioné los siguientes: constancia, persistencia, tesón, tenacidad,
insistencia, empeño. Muchas veces no alcanzamos las metas por rendirnos
luego ante las barreras y obstáculos. Ejemplos de perseverancia los
encontramos tanto en el Antiguo como Nuevo Testamento. También en la
historia de más de XX siglos es larga la lista de quienes perseveraron
para lograr grandes metas.
b) Equipo,
Un líder solitario nunca será suficiente. Necesita colaboradores
dispuestos a comprometerse con las responsabilidades que implica buscar
alcanzar metas en compañía de otros. Un general sin soldados, por
excelente estratega que sea no ganará la batalla. Un grupo de personas
no necesariamente es un equipo; para serlo cada miembro colocado en el
puesto adecuado por su capacidad desarrolla todo su quehacer en la
búsqueda de la meta común.
c) Compromiso,
es un pacto, un convenio que me obliga a…. en este caso una meta me
compromete a planificar una serie de actividades que faciliten el
proceso que determine paso a paso el como logra la meta establecida.
Podemos tener excelentes metas; una buena estrategia para alcanzarlas,
pero si no estamos firmemente comprometidos tenemos asegurado un rotundo
fracaso.
d) Contentamiento,
Pablo nos dice que el aprendió a estar contento, el contentamiento es
la satisfacción interior que produce la convicción de estar haciendo
aquello para lo que son buenos y con el propósito de servir a los demás
en sus legítimas necesidades, este contentamiento nos permite avanzar,
sin que las circunstancias nos amedrenten.
e)Oración,
todo lo que hagamos debe estar sazonado con oración, oremos antes,
durante y después de cada acción que busca el logro de una meta. Cristo
es el modelo por excelencia de una vida de oración, Pablo en todas sus
cartas destaca su vida de oración, Martín Lucero cuando tenía los días
más saturados de trabajo se levantaba más temprano para orar más.
Conclusión:
James
C. Hunter en su libro: La Paradoja, cita un proverbio Chino que reza:
“Un viaje de tres mil leguas empieza con un solo paso” si no estamos
desarrollando nuestra labor guiados por metas, ya es tiempo que
comencemos, ya es tiempo que demos el primer paso con el propósito de
que Dios sea glorificado.
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