Durante su cautividad en Babilonia, lo provechoso para el pueblo de Israel, fue tener un reencuentro con Dios, dejaron a un lado la idolatría y todas las prácticas y actitudes que ofendian a Dios; lo que originó que Dios se manifestara entre ellos.
Lo que podemos aprender de esto, es que toda situación que enfrentamos en la vida tiene un propósito divino, y todo lo que nos acontece, por muy malo que aparente ser, finalmente nos dejará algo positivo a nuestras vidas aunque en el momento no lo veamos, pero la vida es así.
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