VI.
El consejo completo de Dios tocante a todas las cosas necesarias para
su propia gloria y para la salvación, fe y vida del hombre, está
expresamente expuesto en las Escrituras, o se puede deducir de ellas por
buena y necesaria consecuencia, y, a esta revelación de su voluntad,
nada ha de añadirse, ni por nuevas relaciones del Espíritu, ni por las
tradiciones de los hombres. (1) Sin embargo, confesamos que la
iluminación interna del Espíritu de Dios es necesaria para que se
entiendan de una manera salvadora las cosas reveladas en la Palabra, (2)
y que hay algunas circunstancias tocantes a la adoración de Dios y al
gobierno de la iglesia, comunes a las acciones y sociedades humanas, que
deben arreglarse conforme a la luz de la naturaleza y de la prudencia
cristiana, pero guardando siempre las reglas generales de la Palabra que
han de observarse siempre. (3)
1. 2 Timoteo 3:15-17; Gálatas 1:8,9; 2 Tes. 2:2.
2. Juan 6:45; 1 Corintios 2:9-12.
3. 1 Corintios 11:13,14, y 14:26,40.
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