En las obras de Dios vemos su mano, en su palabra escuchamos su corazón.
Podemos agradecer que Dios nos habla a través de su palabra, pero debemos ser sabios para escuchar y obedecer. En estos versículos del Salmo 119, el salmista afirma depositar toda su confianza en la palabra de Dios.
El afirma también su fiel obediencia a los mandamientos de Dios pues los ama. Las preguntas que debemos hacernos son ¿Puedo hacer lo mismo? ¿Que tanto medito en su palabra? ¿Realmente la escucho y obedezco? ¿Estoy siendo hipocrita o me miento a mi misma(o)?
Oración: Señor, quiero realmente cumplir tu palabra. Ayudame a no pecar.