sábado, 3 de enero de 2015

Confirmando el parentesco (Lucas 8:16-21)

Una idea popular en el mundo es que todos somos hijos de Dios, aún en el cuerpo de Cristo la expresión "hermano(a)" ha tomado la forma de un saludo o un título. Pero Jesús dice claramente que su familia la conforman los que hacen la voluntad de Dios.

La voluntad de Dios para nuestras vidas está expresada a través de su palabra constantemente y en muchas formas: en ejemplos, mandamientos, proverbios, salmos.

Y lo más alentador es que Dios mismo nos da, no solo el querer, sino también el poder de hacer su voluntad (Fil. 2:13).

Cuando nosotros afirmamos que somos parte de la familia de Dios, estamos declarando publicamente que deseamos llevar una vida en la cual la voluntad de Dios se manifieste, pero, ¿cómo sabemos cuál es la voluntad de Dios para nuestras vidas? sólo el estudio regular de las escrituras y una vida de oración nos la pueden mostrar.

Es por tal motivo que, si no acostumbras tener un tiempo devocional este es un buen momento para comenzar.

viernes, 2 de enero de 2015

¿Qué tipo de tierra fuiste? (Lucas 8:1-15)

El que tiene oídos para oír, oiga.
Los diferentes tipos de tierra representan diferentes tipos de oyentes de la palabra de Dios.  Jesús explica a sus discípulos esos diferentes tipos de tierra, pero en esta ocasión haré enfasis en dos: La tierra con piedras y la tierra con espinas.

La tierra con piedras representan a los que aparentemente reciben la palabra de Dios y empiezan a crecer. Se mueren rápido porque no hay profundidad en la raíz. Su arrepentimiento es temporal resultado de las emociones del momento y no de una transformación genuina, razón por la cual cuando se enfrentan a las crísis de la vida fracasan y dejan a un lado el camino de la fe.

La tierra con espinas, representa a aquellas personas que oyen la palabra, pero el fruto del Espíritu no está presente en sus vidas, esto es debido a que el orden de sus prioridades no es el correcto. Las espinas representan todas aquellas cosas que impiden nuestro crecimiento adecuado: las preocupaciones, riquezas, placeres de la vida.

La seguridad, el trabajo, el hogar, los hijos, el dinero, son necesarios; pero también son capaces de quitarnos la paz. Hoy en día hay dos cosas que preocupan a la mayoría de las familias de nuestro país, la seguridad y la falta de empleo porque están ligadas a la sensación de bienestar que perseguimos todos los seres humanos.

Pero, cuando más preocupados estamos por nosotros mismos, menos posibilidades tenemos de permitir que el Espíritu obre en nuestras vidas y podamos dar fruto. Por tanto es importante examinar nuestras prioridades  y colocarlas en el orden correcto, ¿Hay alguna preocupación que necesitas dejar a los pies de Jesús, o alguna prioridad que deberías reconsiderar?, recuerda que "Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu" (Gálatas 5:25)

jueves, 1 de enero de 2015

Amor demostrado (Lucas 7:36-50)

Una mujer se acerca a Jesús sin guardar la compostura, pues quería darle al maestro todo el amor que sentía. Con lágrimas lavó los pies de Jesús. Los secó, los besó y los ungió.

Esta mujer no era la persona indicada, de acuerdo a los presentes y de acuerdo a la sociedad para acercarse o tocar a Jesús, por eso Simón pensó que Jesús no era un verdadero profeta por permitir que esta mujer lo tocara.

Pero para el maestro, esta mujer de mala vida con sus acciones le demostró un amor nacido de agradecimiento por todos los pecados que Dios le había perdonado.

Jesús exhorta a Simón por haber juzgado a la mujer y por no reconocerle como Mesías, pues no supo ser un buen anfitrión cumpliendo con la constumbre de tener disponible un recipiente con  agua y una toalla para que el invitado se lavara los pies y pudiera entrar limpio  a la casa.

Reflexionemos ahora sobre cómo le estamos mostrando nuestro amor a Dios, ¿Cuánto será amar mucho a Dios? ¿Habrá algún límite en lo que podríamos hacer para mostrarle a Dios que lo amamos con todo el corazón?

Si con anterioridad, en nuestra mente se han alvergado pensamientos de duda, orgullo, autosuficiencia o altivez, que nos han impendido demostrarle nuestro amor a Dios,  es momento de pensar en lo que podemos hacer para dejar a un lado esos pensamientos y sustituirlos por pensamientos que nos ayuden a mostrarle a Dios con acciones cuanto le amamos.